Cómo organizamos la huelga feminista estudiantil.
Las estudiantes nos unimos y trabajamos juntas en la Comisión 8M en el desarrollo hacia la huelga feminista del 8 de marzo.
Todavía encontramos carteles de la huelga feminista colgados en nuestros centros de estudio; en las calles de nuestros barrios o pueblos otros comienzan a cubrirse de cartelería de nuevos actos, pero lo acontecido el pasado 8 de marzo no se puede tapar, no se puede olvidar y todavía mantiene el eco en nuestras conversaciones diarias. El movimiento feminista se ha colado en nuestras vidas pisando fuerte y ha conseguido asentar el principio del cambio. Hace justo un año que en una asamblea se presentó la idea de una huelga feminista, tan tímida entonces, y ahora feroz, dispuesta a cambiarlo todo. Pero, ¿cómo se hizo posible algo así? ¿Qué papel hemos tenido las estudiantes en este proceso?
"La pregunta importante no es por qué empiezas, es por qué te quedas una vez que has entrado" dijo mi compañera Patricia Aranguren, miembro de la Comisión 8M y estudiante de cine de 23 años que ha estado documentando todo este tiempo el trabajo hacia la huelga.
Una tarde de verano de 2017 un mensaje llegó al grupo de mi colectivo feminista: alguien debía acudir a la asamblea para la organización del 8M esa tarde, 8 de agosto, como se venían haciendo el 8 de cada mes, en honor al día. Era la quinta asamblea y yo todavía no había podido acudir a ninguna, así que me apunté con otra compañera a asistir en representación de mi colectivo. Recuerdo llegar a Bravo Murillo 4 y encontrarme con una docena de mujeres en una sala pequeña, la mayoría entre los 35 y 70 años, estableciendo los puntos del día. No sabía qué hacía yo allí, ni dónde estaban las chicas jóvenes con las que esperaba encontrarme, con las que habíamos estado en la manifestación de ese mismo año. La moderadora, que he acabado conociendo como la gran Haizea, nos invitó con una amplia sonrisa a sentarnos y colaborar: iba a empezar con la genealogía feminista. Entonces creía que estaba formada en la historia del feminismo, que había leído libros, investigado e incluso dado charlas con mis compañeras sobre ello y conocía lo suficiente. Pero me di cuenta de mi error, desconocía la gran mayoría de acontecimientos que Haizea y el grupo de dinamización iba colocando cronológicamente en la línea del tiempo. Conozco bastante historia, al fin y al cabo la estudiamos, pero la del feminismo es silenciada, y para descubrirla, supe desde entonces, hace falta más que abrir un libro. Aquello lo hicimos porque necesitamos saber de dónde venimos para saber a dónde vamos. Y la lucha feminista viene de muy lejos. Justa Montero, histórica feminista y activista miembro de la Comisión 8M, repite durante estos meses en múltiples ruedas de prensa dónde comienza la idea de una huelga feminista, pues no procede de un único acontecimiento. Para las organizadoras pudo ser decisivo el éxito del Parón Internacional de Mujeres de 2017 bajo el lema "Ni una menos" procedente de Argentina, pero Montero explicó que esta huelga y las movilizaciones que la acompañan vienen ya de una tradición que comenzó con la huelga de mujeres en Islandia en 1975, donde un 90% de mujeres lo dejaron todo y tomaron las calles, parando el país. Pero importantes fueron también las movilizaciones en Polonia en 2016 cuando las mujeres salieron masivamente para frenar una ley que pretendía prohibir el aborto. Es así que esta huelga viene de una larga trayectoria de lucha del movimiento feminista que ha ido cambiando la historia, pero que continúa encadenada a la invisibilización. Y ahí lo tenía, en una línea del tiempo en la que no cabía ni un cartel más. A partir de ese día decidí quedarme y formar parte del siguiente acontecimiento. Como dijo Patricia, entré al proceso por "casualidad", pero me quedé porque las miradas de esas mujeres, en su diversidad (migrantes, LGTB, pensionistas, estudiantes, etc.) eran de fuerza, de disposición a dar su tiempo por ese proyecto e involucrarse enteramente en él. Me quedé porque en sus ojos se podía leer el "basta ya". Permanecí junto a ellas porque nos llevó meses elaborar un Argumentario que recogiese todas las razones por las que íbamos a hacer una huelga. Así conocí a la Comisión, que normalmente se reunía tres meses antes del 8M para organizar la manifestación, pero que ese año se habían dispuesto a zambullir en un proceso agotador de trabajo diario para conseguir algo más.
Aquello creció de manera incontrolable e incontable. En la siguiente asamblea que acudí el 8 de septiembre no sé establecer cuántas mujeres hubo en la EVA de Arganzuela, no las puedo contar ya con decenas. Ni en la sala de La Ingobernable de Madrid el 8 de octubre, sentadas en el suelo, muchas ya de pie, y un galgo que saltaba entre ellas tratando de encontrar sitio, sin éxito. El sol de mediodía alumbraba la estancia, el calor de verano nos sofocaba y multitud de botellas de agua rulaban entre nosotras para hidratar las voces que no cesaban de idear. Comenzamos con las rondas de presentaciones para dinamizar, donde conocí a Ruth, una mujer que llevaba más años en la lucha de lo que su memoria alcanza, así lo dijo ella orgullosa; y a Irene, una estudiante que lleva tatuado "sororidad" porque desde que acampó en Sol con Velaluz en la huelga de hambre contra la violencia de género y sintió el apoyo de las compañeras, su vida ha cambiado. Me reencontré con compañeras de esa acampada, en la que también estuve, con gran alegría. Al final todas nos volvíamos a juntar en los mismos espacios de lucha.

Asamblea Comisión 8M, 8 de octubre de 2017, La Ingobernable (Madrid).
La Comisión 8M se estructuraba en diferentes comisiones para cubrir el trabajo, entonces únicamente cuatro: legal, extensión, comunicación y contenidos. Estuvimos tres horas de reunión sin parar (ahora ya sé que eso es poco), pero fue aquí donde las estudiantes, que ese día ya habíamos sido multitud, nos dimos cuenta de que nuestra parte era un punto de la asamblea que se trataba efímeramente, de pasada. Hay propuestas, como la de la huelga, que lo cambian todo. Ese día salió una de ellas. Eran las tres de la tarde ya, acabábamos de terminar, y seis chicas nos planteamos lo mismo: necesitamos trabajar más la huelga estudiantil. Y quién mejor que nosotras mismas para ello. Entonces, mientras Irene encendía un cigarro, Laura le preguntaba el nombre a Mapu y yo curioseaba sobre los estudios de May, no sabíamos la que se nos venía encima, pero al llegar a casa el grupo de WhatsApp "Comisión Estudiantil 8M" estaba ya creado. Comenzaba un proceso agotador que lo cambiaría todo. No es necesario ser muchas para comenzar algo, solo unas pocas dispuestas a darlo todo.
Al principio en el grupo éramos una veintena a lo mucho, no habíamos organizado una huelga nunca, nos tocaba movilizar a todas las estudiantes de Madrid y no sabíamos cómo hacer algo así. Pero buscamos un sitio para la primera reunión, elaboramos un cartel y sin ni siquiera haber hecho puntos del día acudimos el viernes 3 de Noviembre a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Complutense de Madrid. Mientras nos sentábamos a esperar a que la hora de la asamblea llegase y la gente fuera apareciendo, elaboramos los puntos. Recuerdo subir a la tarima y temblar al ver el Aula A-331 a rebosar, no esperábamos que más de cincuenta chicas apareciesen a la primera reunión de la Comisión Estudiantil. Recogimos una lista de números de teléfono infinita, querían colaborar y participar, querían saber e informarse de qué íbamos a hacer. Algunas eran individualidades, pero la gran mayoría venía en representación de colectivos y asociaciones con más estudiantes que se unirían al proceso. La llama había prendido, y sentimos con gran furor que nada nos iba a poder parar.

1ª Asamblea Estudiantes 8M, 3 de noviembre, Universidad Complutense de Madrid.
Tanto fue así que para el día 25 de Noviembre, Día Internacional Contra las Violencias Machistas, ya habíamos sido capaces de crear un bloque propio (Bloque Estudiantes 8M) para acudir a la manifestación. En tres semanas habíamos sido capaces de reunir a más de un centenar de chicas, de crear nuestras propias subcomisiones (legal, acciones, comunicación, contenidos y finanzas), tejer lazos y trabajar juntas, conseguir sacar acciones que recorrieron los medios de comunicación, y esa misma tarde en la manifestación, parar Gran Vía y Atocha al grito de "Aquí estamos las feministas" o "No tenemos miedo". No lo teníamos, ni lo tenemos. Todavía recuerdo estar en el cordón de seguridad del cortejo en la manifestación, cuando vi aparecer a Isa, miembro de la Comisión 8M y de la Comisión de comunicación, con la mirada deslumbrada, acercarse a mí y decir "Gracias por esto, sois increíbles, lo estáis petando". Desde entonces ha sido un no parar. Aquello fue un subidón de adrenalina que nos hizo darnos a conocer, atrajo a más compañeras y favoreció la ampliación de la agrupación. Durante todos estos meses aún me viene a la mente aquella mañana de octubre, seis chicas en una plaza de Atocha simplemente para echar el cigarro post-asamblea, y aquel "¿Y si...?" que dio el pistoletazo de salida.


Acción por el Día
Internacional Contra las Violencias Machistas, 25 de noviembre, Universidad
Autónoma de Madrid.

Bloque Estudiantes 8M en la manifestación por el Día Internacional Contra la Violencia Machista.
Los siguientes meses fueron más duros. El principio siempre es emocionante, sobre todo cuando recibes el apoyo que a nosotras nos llegó y sobre ruedas va el trabajo. Pero las estudiantes teníamos un problema de tiempo constante, nuestro activismo convive con exámenes, clases y cuidados; y encontrar tiempo para ir a asambleas, elaborar campañas, o encargarse de extender la huelga por todos los distritos más allá del centro no es fácil, aunque fuésemos 150 personas para ello. Pero así lo hicimos a pesar de todo, y es normal que tras estos diez meses, con el 8 de marzo ya atrás, algunas sigamos soñando con la huelga.
En diciembre llegó el encuentro estatal en Elche. Es evidente que el proceso hacia la huelga feminista no estaba teniendo lugar solo en Madrid, desde varias provincias de España manteníamos el contacto y trabajábamos alrededor de los ejes de la huelga (economía, violencias, fronteras y cuerpos) para sacar algo conjunto que nos representase a todas las mujeres desde la interseccionalidad. Los encuentros estatales se basaban en unas jornadas donde cientos de mujeres acudían y presentaban el desarrollo del trabajo en su respectiva comunidad al resto, a la vez que se tomaban acuerdos de manera descentralizada. El primero en Elche, con 200 mujeres, el segundo en Zaragoza el 15 de enero, donde se hizo ya el llamamiento a la huelga feminista con 400 mujeres allí reunidas. En Zaragoza establecimos mayor contacto con el resto de estudiantes de España.

Mujeres del Movimiento Feminista en el Encuentro Estatal de Zaragoza, 15 de enero.
Entonces las comisiones ya eran incontables y se habían ramificado en mil más. Estudiantes 8M, a pesar de haber nacido como una comisión de la plataforma 8M, tenía cierta autonomía, lo que facilitó el trabajo en muchos ámbitos. Unas cuantas compañeras no formábamos parte de una sola subcomisión, yo misma estaba en Contenidos, Comunicación, Acciones (eso en Estudiantes) y luego en Acciones Madrid y Redes Estatal. Y yo no era la que más abarcaba, otras compañeras también, además de las comisiones en Estudiantes, formaban parte de las comisiones generales (imaginad el flujo de mensajes constante recibida desde toda España, un no parar), otras formaban parte de prensa y voceras (dentro de comunicación se encargaban de recibir y hablar con los medios de comunicación y con la prensa que no cesaban de recoger información sobre lo que tramábamos las mujeres para ese 8 de marzo). Por entonces, finales de enero ya, hacía meses que la Comisión 8M se había organizado en Asambleas en barrios y pueblos. Aquí en Leganés, La Libre de Barrio recogió las reuniones de la de nuestro barrio, y comencé a ver cartelería de la Huelga Feminista cuando me dirigía al IES Arquitecto Peridis cada mañana. Mi sonrisa al ver aquello era inmensa, el sentimiento de alegría aún mayor. El auge del movimiento feminista fue sorprendente para mí. La Huelga Feminista se había colado en las casas, había recorrido los mercados y todas esas mujeres habían encontrado el apoyo que necesitaban en estas asambleas. La gente pone la vista en las grandes concentraciones y movimientos; lo mejor que recuerdo de la organización de la huelga es este momento, ver a mujeres que entonces se creían incapaces o solas, encontrar apoyo, amigas, compañeras y hermanas en estas asambleas. A Redes no cesaban de llegar carteles de las reuniones en barrios y pueblos que hasta entonces yo desconocía que existiesen siquiera, fotos de mesas informativas, pasacalles de seis mujeres, tal vez más. ¿Qué había ocurrido para qué seis mujeres se atreviesen a sacar un megáfono, una pancarta y gritar que estaban hartas en sus localidades, y antes no? Es cierto cuando dicen que unidas damos miedo, porque solas somos fuertes, pero juntas somos imparables. La red de mujeres ha sido creada (ahora que vengan y traten de romperla). Al principio soñamos con poder llegar hasta el último pueblo de España, pero cuando esto ocurrió no nos lo podíamos creer.
Estudiantes 8M decidió organizarse de una forma similar, pero por grupos de trabajo divididos en los campus de las universidades y en los institutos por zonas, aunque solo zona sur y zona este consiguieron suficiente apoyo como para sacar algo adelante (los institutos están menos movilizados y eso nos dificultó su organización). No puedo evitar comparar esta forma de organizarnos (al fin y al cabo soy estudiante de 2º de Bachillerato) con el surgimiento de las Cortes de Cádiz, el surgimiento de las Juntas Locales que a su vez pasaron a Juntas Provinciales y luego a Junta Suprema Central, pero en nuestro caso en sentido inverso, pues cada vez éramos más, y debíamos abarcar zonas con menos extensión para que las acciones pudieran ser más, más dinámicas y más cercanas. Y este trabajo se vio reflejado en la semana de jornadas de acciones estudiantiles que preparamos a nivel estatal del 5 al 11 de febrero.

El fin de semana anterior, el sábado 3 de febrero, habíamos organizado una fiesta de autofinanciación en CSO La Yaya con la colaboración de diversas mujeres artistas (Vértigo, A flor de piel, Neon Angels, Alicia Ramos...) con la que habíamos conseguido una buena recaudación, pero que sobre todo había sido un éxito para dar impulso a estas jornadas y a Estudiantes en referencia a la huelga. Estábamos a un mes de esta, ¿qué más podíamos hacer?
Por poder, podíamos
hacer cinco asambleas en cuatro días, imprimir más de mil dípticos de
estudiantes, mil de trabajadoras de centros educativos, organizar mesas
informativas, pasacalles, pasacampus, organizar más charlas que personas
disponíamos, y estudiar para los exámenes que se nos echaban encima. Casi me vi
capaz de realizar el sueño polifásico, pero ni para eso había tiempo. Todo era
un constante de acciones, un flujo continuo de información. Sin embargo, no
todo era agotador o malo. Además de aprender un montón del proceso (algo que me
encanta hacer), he tenido la suerte de conocer a chicas de diversas partes,
establecer lazos con personas que me han hecho crecer moral y psicológicamente,
he aprendido actitudes asamblearias, a mejorar mi discurso de cara al público,
he aprendido sobre medios de comunicación, sobre la universidad, sobre las
condiciones de vida de diferentes mujeres, he conocido culturas nuevas, lugares
nuevos, ahora sé construir un escenario, insonorizar techos, servir en barra...
Como persona he crecido más de lo que podría haber esperado, y aún continúo
haciéndolo. Incluso haber soportado una carga semejante de trabajo me ha
resultado útil para aprender a cuidarme, a organizarme, a priorizar y sobre
todo, a trabajar en equipo y cuidar a mis compañeras a su vez.

Asamblea Estudiantil
(#HaciaLaHuelgaFeminista) en la Universidad Complutense de Madrid

Cartel de las estudiantes en la Universidad Autónoma de Madrid durante las jornadas del 5 al 11 de febrero.

Pancarta Estudiantil, 8 de marzo, Universidad Complutense de Madrid.
El día de la huelga feminista fue algo más que intenso, fue histórico. Todo lo que queda detrás de ese día, todo el año de organización es conocido por una minoría (una minoría que es multitud, pero teniendo en cuenta que pararon millones de mujeres, nos convertimos en minoría). Hubo cosas que no salieron tan bien cómo imaginamos, otras que nos sorprendieron a nosotras mismas. Así sucede cuando movilizas a tanta gente, el control llega hasta cierto punto, luego lo toma la marea. En cifras no nos colocamos lejos de la huelga general, pero no son siquiera las cifras las que nos interesan. No ha sido una huelga al uso, no podemos contabilizar cuántas mujeres no han consumido ese día en la huelga de consumo, cuántas mujeres han dejado de cuidar por la huelga de cuidados. Lo importante es que hemos generado debate, hemos plantado la semilla. Hemos conseguido que los medios de comunicación recogiesen que las convocantes éramos el Movimiento Feminista y no los sindicatos, aunque al principio se intentase. En este proceso hemos conseguido cambiar muchas cosas, hemos dado un salto cualitativo respecto a todo lo que existe en Madrid y al resto de ochos de marzo. A pesar de que muchas mujeres no pudieron participar y secundar la huelga, se han sentido apoyadas e interpeladas. Habrá gente que considerará ridículo colgar un delantal en un balcón, como si así fuésemos a cambiar el mundo. Esa gente se queda en lo superficial y no es capaz de ver lo empoderantes que han resultado dichas acciones. Las mismas personas que no comprenden que el movimiento feminista no somos solo millones de mujeres con pancartas gritando consignas el ocho de marzo, sino miles de millones de mujeres hablando en su vida privada entre nosotras sobre cómo nos sentimos (por qué al final siempre surge el tema, siempre hay algo que decir) y conscientes de que tiene que cambiar. Si quieren que imaginen unas cuantas brujas planeando la caída del patriarcado y la toma de poder, nosotras mientras continuaremos aunando. Porque "lo personal es político" (Carol Hanisch).

Piquete estudiantil, 8 de marzo, Ciudad Universitaria.

Acción durante una concentración el
8 de marzo, Universidad Autónoma de Madrid.
Unas semanas después del Día de la Mujer, Estudiantes se reunió en el mismo lugar de siempre, en La Canica, C/Embajadores 46, espacio que nos cedieron, para hacer la Valoración y las Propuestas correspondientes a nuestro grupo (el 8 de abril ya tendría lugar la evaluación general de toda la Comisión 8M). Nuestras fuerzas allí brillaban por su ausencia, mientras que las ojeras eran contundentes. ¿Y ahora qué? ¿Qué pasará con nosotras? A pesar del cansancio, la decisión fue prácticamente unánime: hemos creado una red demasiado amplia y bonita como para sencillamente deshacerla o no continuar trabajando en ella. No sé si es porque somos jóvenes, porque somos estudiantes, porque somos trabajadoras, o porque somos feministas, lo que sé es que somos todo eso y más, y que juntas hemos tomado la decisión de continuar la extensión de lo que estamos construyendo. Nos quedan muchos institutos por llegar, muchas trabajadoras de centros educativos a la que incluir en el proceso, muchas pancartas que hacer, y mucho por descubrir, aprender y compartir todavía. En definitiva, mucho por lo que luchar. Estamos hartas de segundas filas y de barreras, seguimos exigiendo una educación pública de calidad, gratuita, laica y feminista en la que todas tengamos cabida. Por todo ello seguiremos luchando cada día en cada aula, no os quepa duda. Es precioso sentir que gritamos juntas, beber de la fuerza de un movimiento que nació y que vive para cambiarlo todo, porque tenemos un mundo entero por ganar. Las calles son nuestras y en ellas nos seguiremos encontrando.

Acción de Estudiantes 8M durante la manifestación del Día de la Mujer, 8 de marzo.
- Página web de la huelga feminista: https://hacialahuelgafeminista.org/
- Documental del proceso hacia la huelga de Patricia Aranguren: https://twitter.com/patriciaguren/status/977753393988100096
- ¿De qué trata la huelga y cómo se hace?: https://www.youtube.com/watch?v=AMKbQZIxOVs
- Canción escrita por diversas artistas para la huelga feminista "Yo por ellas, ellas por mí": https://www.youtube.com/watch?v=xglTGuDd1-M
- Eventazo Feminista de la Comisión 8M, 11 de febrero, Madrid: https://www.youtube.com/watch?v=zH0b9PAehxg
- "Bien clarito", versión de la canción de Despacito de Luis Fonsi hecha por FUHEM: https://www.youtube.com/watch?v=aQu81Wsar6Y&t=71s
- Homenaje a las mujeres del 8M: https://www.youtube.com/watch?v=Gt0Of8SXbpg
- El 8 de marzo: https://www.youtube.com/watch?v=pB3lgNTU_u0
- Cobertura mediática de la convocatoria de la Huelga Feminista del 8 de marzo: https://flipboard.com/@patriciaguren/hacia-la-huelga-feminista-vi53pslqy
- Artículo sobre Huelga educativa del 8 de marzo: https://www.infolibre.es/noticias/politica/2018/03/05/huelga_educativa_por_una_educacion_publica_laica_feminista_79766_1012.html
- Artículo Huelga Feminista Estudiantil en otras comunidades: https://poderpopular.info/2018/03/10/huelga-general-feminista-y-el-movimiento-estudiantil/
Sara Gutiérrez 2º Bachillerato.