Mi historia como Cucaracha.
Un
día, después de una fiesta muy larga, ya estaba cansado, quería irme a dormir y
descansar para, a la mañana siguiente, poder jugar a la Play, pero no todo
sucedió como esperaba..
Eran las nueve de la mañana y sentía que me ahogaba, las sábanas me cubrían todo el cuerpo y mis fuerzas no daban para levantarlas. De repente, mi madre apartó las sábanas y pegó el mayor grito que nunca había pegado. Cogió la zapatilla rápidamente e intentó darme con toda su rabia.
Yo no sabía qué pasaba y por más que corría, avanzaba muy poco. Conseguí escapar y me metí debajo de un mueble hasta que a mi madre se le pasó el susto. Después fui al baño, trepé por el lavabo hasta llegar al espejo. Me quedé estupefacto, me di cuenta de que me había convertido en una cucaracha. Era fea, grande y marrón oscuro, con unas patas finas y más claras que mi cuerpo. No sabía por qué razón me había convertido en una cucaracha, no sabía ni qué comer ni cómo entretenerme así que decidí empezar a explorar.
Primero, fui a unas cuantas tuberías del baño, pero solo me encontré con moho y suciedad. Luego fue a una tubería de la cocina. No había nada, hasta que me encontré con otras cucarachas. Eran muy agradables y me llevé muy bien con ellas. Aunque no podíamos hablar, vivimos muchas aventuras juntas. Sabía que tenía nuevos amigos y que había empezado una nueva vida.

Un día se nos ocurrió asustar a mi madre, aunque fue la peor decisión que tomé en mi vida como cucaracha. Salimos de la tubería a la vista de mi madre y cogió la zapatilla y...¡zas! ¡golpeó a todos mis amigos! Estaba asustado, no sabía qué hacer y mis amigos no se movían, hasta que me di cuenta de que estaban muertos.
Mientras me despedía de ellos, vi la zapatilla de mi madre acercándose poco a poco hacia mí. Y justo cuando me fue a dar, me desperté. Todo había sido un sueño, no era una cucaracha y no existían esos amigos.
En fin, siempre recordaré a esos amigos que me acompañaron en mi corta vida como cucaracha.
Fin.
David Bayón. 1ºA ESO